Así es, paso a paso, el fascinante proceso de la metamorfosis. Aunque parezcan inocentes, las mariposas son especialistas en el arte del engaño y la supervivencia.
Pero antes de nada, quisiera contaros una de las grandes curiosidades que me mas me han llamado la atención de estas pequeñas y maravillosas creaciones que viven entre nosotros, es ni mas ni menos que tienen memoria...
Las mariposas retienen recuerdos de su vida anterior como orugas a pesar de haber pasado por una metamorfosis.
La metamorfosis es sin duda algo que parece misterioso a los ojos de un profano. La transmutación, en unos días, de una fea oruga en una bella mariposa parece sin duda milagrosa. Los expertos nos dicen que durante la metamorfosis el interior de la pupa se transforma en poco más o menos que una sopa celular y que éstas reorganizan el cuerpo del organismo para crear el ejemplar adulto. Pensar que la mariposa retenga recuerdos de su vida como oruga parece inverosímil en este contexto, pero según han probado unos investigadores de Georgetown University, al menos las polillas de la oruga del tabaco (Manduca sexta), sí que retienen recuerdos tras la metamorfosis.
Demostrar este tipo de cosas no es fácil. Los investigadores tuvieron que entrenar primero a las orugas y luego comprobar si lo aprendido estaba en el cerebro de las polillas adultas. Para ello hicieron que las orugas asociaran un olor determinado con el dolor provocado por la descarga de una pequeña corriente que los investigadores administraban cuando dicho olor estaba presente. Con esto los investigadores pretendían conseguir que estos insectos evitaran el olor en cuestión por asociación. Sorprendentemente cuando las polillas adultas emergieron de sus crisálidas también evitaron el olor cuando éste estaba presente. Esto demuestra que retenían lo aprendido de cuando eran orugas. Por tanto, este resultado provoca preguntas sobre la organización y persistencia del sistema nervioso durante la metamorfosis.
Martha Weiss, la autora líder del estudio, dice que la idea de que las experiencias de la oruga persistan en la mariposa adulta excita la imaginación y desafía la concepción asentada sobre la metamorfosis. La pregunta sobre si la memoria sobrevivía a la metamorfosis ha estado planteándose durante cientos de años. El cerebro y el sistema nervioso de las orugas es dramáticamente reorganizado durante el estadio de pupa y no se creía que pudiera quedar memoria de su etapa anterior al llegar a su etapa de adulta. Pero en vista del resultado lo difícil ahora es explicar cómo pueden sobrevivir los recuerdos a cambios tan drásticos.
El descubrimiento sugiere que la retención de recuerdos depende de la madurez del cerebro de las orugas. Cuando las orugas eran más jóvenes de tres semanas aprendían a evitar el olor, pero olvidaban lo aprendido de adultas en su etapa de polilla. Si las orugas tenían más de esas edad entonces recordaban la información.
La consecuencia de esta capacidad tiene repercusiones evolutivas y ecológicas, ya que la persistencia de la memoria podría permitir a la mariposa adulta (o insecto adulto) reconocer el tipo de planta sobre el que se ha alimentado en su fase de oruga y poner ahí sus huevos en su fase de adulta.
Estos mismos investigadores pretenden seguir estudiando las habilidades memorísticas y de aprendizaje de insectos no sociales y cómo las usan para adaptarse al ambiente.
"Etapa huevo"
Martha Weiss, la autora líder del estudio, dice que la idea de que las experiencias de la oruga persistan en la mariposa adulta excita la imaginación y desafía la concepción asentada sobre la metamorfosis. La pregunta sobre si la memoria sobrevivía a la metamorfosis ha estado planteándose durante cientos de años. El cerebro y el sistema nervioso de las orugas es dramáticamente reorganizado durante el estadio de pupa y no se creía que pudiera quedar memoria de su etapa anterior al llegar a su etapa de adulta. Pero en vista del resultado lo difícil ahora es explicar cómo pueden sobrevivir los recuerdos a cambios tan drásticos.
El descubrimiento sugiere que la retención de recuerdos depende de la madurez del cerebro de las orugas. Cuando las orugas eran más jóvenes de tres semanas aprendían a evitar el olor, pero olvidaban lo aprendido de adultas en su etapa de polilla. Si las orugas tenían más de esas edad entonces recordaban la información.
La consecuencia de esta capacidad tiene repercusiones evolutivas y ecológicas, ya que la persistencia de la memoria podría permitir a la mariposa adulta (o insecto adulto) reconocer el tipo de planta sobre el que se ha alimentado en su fase de oruga y poner ahí sus huevos en su fase de adulta.
Estos mismos investigadores pretenden seguir estudiando las habilidades memorísticas y de aprendizaje de insectos no sociales y cómo las usan para adaptarse al ambiente.
"Etapa huevo"
Una vez despejado el paso saldrá de su refugio con movimientos serpenteantes y se alimentará al principio de la cáscara vacía, para proveerse de los nutrientes necesarios que le ayudarán a vivir hasta que localice la planta de la cual se debe alimentar (trigo, otros cereales...).
Habitualmente, en previsión, las hembras sueltan sus huevos en las plantas de las que se nutrirá después la pequeña oruga. Esto causa un problema para los agricultores, quienes ven sus cosechas atacadas por un joven ejército de gusanos hambrientos.
La friolera de más de 265.000 especies conforman la familia de mariposas y polillas en todo el mundo. Esto las convierte en el segundo animal más numeroso del planeta, detrás del orden Coleoptera, escarabajos. Están clasificadas en 30 familias y unas 50 superfamilias, y se engloban dentro de otra categorización que termina de distinguirlas: mariposas diurnas y nocturnas (polillas).
De estas, solo 20.000 de las especies son mariposas. El resto pertenece a la familia de las polillas, lo que quiere decir que hay 12 veces más polillas que mariposas.
Las mariposas se incluyen dentro del orden Lepidoptera (lepido=escama; pteron=ala). Las pequeñas escamas que poseen están cubiertas por un polvillo, responsable de los colores y dibujos que caracterizan a estos insectos. Estas escamas se distribuyen sobre sus alas dispuestas como las tejas de un tejado. Se trata de un tipo de apéndice que no posee ningún otro insecto; extremadamente delicadas, cuando atrapamos a una mariposa después ya no puede volar más: le fracturamos el ala.
"Cambio radical"
La vida media de una mariposa dura desde 24 horas a varios meses en el caso de algunas especies, por lo que no tienen tiempo para florituras: una vez logran salir de la crisálida al mundo e ingerir los mínimos nutrientes para la supervivencia, su primera misión es buscar pareja y plantar el huevo.
Así, sin perder el tiempo. Una vez fecundadas, las mariposas buscan la planta de la que después se alimentarán las pequeñas larvas, asegurándose como una buena madre avispada de que no haya más huevos en ella, para que la comida sea solo de los suyos.
Esta clase de metamorfosis, conocida como holometábolos (o metamorfosis completa) es todo un prodigio natural: en estado larval no tienen ojos compuestos, ni patas, ni siquiera esbozos de alas. Mientras se transforman para pasar al estado adulto, mudan y cambian varias veces la delicada piel que las protege, hasta que llega el momento de la pupación y su cuerpo termina de formarse. La propia larva participa en el proceso activamente, luchando por salir del refugio improvisado.
Concluida la etapa de metamorfosis y de apareamiento, la mariposa vuela hasta agotar sus energías. Se cumple un ciclo más de vida.
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